Escuchamos muy a menudo, que, debemos cuidar lo que comemos especialmente cuando hablamos del consumo de sal y sodio; sin embargo, estamos informados
La sal es una sustancia cristalizada, friable e inodora, de sabor punzante, empleada como condimento y como agente de conservación, está compuesta por cloruro de sodio en estado puro.
La sal es más que un simple condimento que mejora el sabor de nuestros alimentos; también es un aditivo que alarga nuestras vidas reteniendo el agua que contenemos, evitando así que los microorganismos se multipliquen.
La sal es muy importante para la salud, ya que es la mejor fuente dietética de dos elementos imprescindibles para el funcionamiento de nuestro organismo: el sodio y el cloro.
La Asociación Americana del corazón, indica que una dieta alta en sal provoca la retención de líquidos, dándole una carga adicional al corazón y los vasos sanguíneos, que puede causar un aumento en la presión arterial.
“Más de la mitad de los decesos por enfermedades cardiovasculares, tiene que ver con una presión arterial alta, una condición que padecen entre el 20% y 35% de los adultos en la región y que puede agudizarse con el consumo excesivo de sal. Las muertes anuales atribuidas a la hipertensión ascienden a 9,4 millones. Sin embargo, el consumo diario de sal de cada habitante de América supera con creces la cantidad recomendada por la Organización Mundial de la Salud para evitar ese padecimiento”. (https://news.un.org, 2021)
La Organización Mundial de la Salud, recomienda un consumo de menos de cinco gramos de sal de mesa, lo que corresponde a unos dos gramos de sodio, al día.
Al reducir la sal, reducimos la hipertensión arterial. Consumir menos de cinco gramos diarios de sal ayudará a disminuir la tensión arterial y el riesgo de enfermedad cardiovascular.
“Una dieta alta en sal puede afectar negativamente a la función cognitiva al causar una deficiencia del óxido nítrico compuesto, que es vital para mantener la salud vascular en el cerebro, según un nuevo estudio en ratones de investigadores del Weill Cornell Medicine de Nueva York y publicado en la revista Nature. Cuando los niveles de óxido nítrico son demasiado bajos, se producen cambios químicos en la proteína tau en el cerebro, lo que contribuye a la demencia.
En el estudio, los investigadores buscaron comprender la serie de acontecimientos que vinculan el consumo de sal y la mala cognición, y concluyeron que reducir la ingesta de sal y mantener los vasos sanguíneos sanos en el cerebro puede “evitar” la demencia. La acumulación de depósitos de tau se ha implicado en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer en humanos, la cual se estima que 46 millones de personas en todo el mundo viven con este tipo de demencia, una patología cuyos síntomas incluyen problemas de memoria, cambios en el comportamiento y la pérdida progresiva de la independencia” (https://www.elespanol.com, 2019).
La mejor noticia es que podemos comenzar a cuidar lo que comemos haz pequeños cambios que pueden mejorar tus hábitos
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